Lydia Lozano

Lydia Lozano sin maquillaje
Lydia Lozano es una "periodista" española con voz de guacamayo, versión drag del niño de El sexto sentido que en ocasiones ve muertos, incluso de ver muertos a los que aun viven y que no deja nunca que la verdad le estropee una noticia. Una de tantos que fingen ser periodistas en España de lo que se conoce como prensa basura, que se dedica a la difusión al público de intimidades de celebridades y personajes públicos. Su modo de ejercer el "periodismo", vociferante y polémico, arrastraba espectadores que le importa una mierda la verdad. Lydia es de ésas que, desde hace años, se ha preocupado bien de hundir las herramientas de esta profesión en un lodazal para llevar el periodismo a límites más que subterráneos. En 2001 se emitió el reportaje de investigación titulado La Gran mentira del corazón. Para el reportaje se contrató a un desconocido actor que contactó con Lozano para hacerle creer que había mantenido un romance con la cantante mexicana Paulina Rubio. La periodista, sin hacer ni una comprobación, dio por buena la noticia y la difundió por televisión, lo que demostró para muchos su absoluta falta de rigor periodístico.

Biografía


Esta resucita-fiambres amateur, vive del cuento chino de las tertulias telebasureras desde que comenzó a adquirir cierta notoriedad en el programa Tómbola emitido por las televisiones autonómicas. En él sometían al invitado en plató a una entrevista especialmente agresiva y centrada en su vida personal. Chábeli Iglesias que fue de las primeras invitadas se marchó indignada del plató de llamando "gentuza" a los buitres leonados que la entrevistaban. Lydia aprendió allí de lenguas viperinas y ya consolidadas en el mundo del corazón, como son Jesús Mariñas o Karmele Marchante y Chábeli, previó antes que nadie la apestosa tomatina que se avecinaba. Y acertó.
En este programa comprobó que lo que le gustaba a era la carnaza y durante estos años, Lydia no ha callado, y esto no sólo le ha traído mucho trabajo y dinero, sino más de un disgusto.

Telecinco

Lydia Lozano y El Charly

 

Vuelve a estar aupada en el podio de la insensatez gracias a la reunión de tupperweress para expertos en gansadas y entresijos que es Sálvame. Triunfa el lydialozanismo extremo cada vez que en Telecinco deciden regresar a sus orígenes mamachicheros. Consuela pensar que en ningún otro país europeo darían a esta hiena cotilla y amoral cabida en un programa. Porque el suyo es, afortunadamente para el resto de la humanidad, un caso típicamente español. El de la colaboradora vociferante que trampea de tertulia en tertulia evidenciando y humillando a todo invitado que se cruce en su camino.

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