Flotilla a Gaza
La Flotilla a Gaza es un evento periódico en el que activistas internacionales deciden recrear una mezcla entre Vacaciones en el mar y Misión Imposible, con el objetivo declarado de llevar ayuda humanitaria a la Franja de Gaza, aunque el verdadero cargamento suele ser propaganda política, pancartas y la más refinada superioridad moral.
Historia
La primera flotilla surgió cuando un grupo de personas descubrió que protestar en Twitter no tenía suficiente impacto y montaron un crucero activista. Desde entonces, cada cierto tiempo, se organiza un desfile náutico con barcos alquilados, pintura barata y consignas que riman con “libertad”.
Los enfrentamientos con las autoridades marítimas suelen acabar siempre de la misma manera:
Los barcos son interceptados.
Los activistas son deportados.
Se convoca una rueda de prensa donde todos posan como si hubieran derrotado a la Marina Real británica en Trafalgar.
Participantes
Los tripulantes de estas flotillas suelen dividirse en varias categorías:
Activistas de salón: expertos en conflictos internacionales tras haber visto tres documentales de Netflix.
Políticos retirados: figuras que encontraron en el mar lo que las urnas les negaron.
Influencers de causas perdidas: su especialidad es posar dramáticamente con chalecos salvavidas para Instagram.
Voluntarios random: gente que pensaba que era un crucero solidario con buffet libre.
Objetivos declarados
Según sus organizadores, la flotilla pretende entregar ayuda humanitaria, romper el bloqueo marítimo o “Concienciar” a la opinión pública internacional (también conocido como conseguir minutos gratis en telediarios aburridos).
Diversos analistas sostienen que las flotillas son más un espectáculo mediático que una operación logística útil.
La ayuda entregada suele ser simbólica y de escasa relevancia. El despliegue es costoso y poco práctico.
Nadie ha logrado aún resolver un conflicto geopolítico a golpe de ukelele y carteles de tela reciclada.
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