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Valeri Cuéllar

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Valeri Cuéllar es un Begoño similar  a Mia Skylar pero sin gracia. Se hizo famoso porque tuvo un triángulo amoroso con Álvaro Muñoz Escassi y María José Suárez. O un trio. No nos ha quedado claro. Se apuntó al circo de sobrinas de Ábalos y aprovechó para decir que era la colombiana a la que hacen alusión en los audios de la OCU. Pero el ex ministro decía no reconocer a ese señor. Que era feminista porque era socialista, putero, corrupto, machista, ladrón, pero que no se crujía begoños. La historia suena a trola, pero nosotros sí nos la creemos. Y sí dice que hubo encuentro en algún parador y con cabras, también. Ábalos la dejó porque no tenía potorro donde meterse ningún disco duro. Y por el otro lado, si le cabía y de sobra, pero olía a caca.

Imanol Arias

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Cago en la leche, Merche Manuel María Arias Domínguez, conocido como Imanol Arias , es un pasable actor de cine y pésimo actor de series. Pasó de simpatizante de la izquierda abertzale a renegar de todo lo vasco a ser de la órbita del PSOE y ser miembro del Sindicato de la ceja. Era un intocable, como Cayetana Guillén Cuervo. Cuando llegó la derecha fue más rajoyista que Rajoy y renegó del clan de la ceja. Biografía Vino al mundo el 26 de abril de 1956 en Riaño, León, localidad que desde entonces ha negado cualquier responsabilidad. Desde pequeño demostró una gran habilidad para mirar intensamente a las personas sin decir nada coherente, talento que más tarde explotaría en televisión. Tras descubrir que no servía para el fútbol ni para la minería, decidió dedicarse a algo más estable: el mundo del espectáculo.   1970s–1990s Se muda a Madrid y empieza a actuar en teatros, cortometrajes y barras de bar. Su cara de sufrimiento elegante lo convierte en favorito para papeles de re...

Awachupedista

 Un Awachupedista es una oscura especie digital compuesta por múltiples individuos —o manifestaciones de una conciencia fragmentada— que operan bajo el título de autores del blog de Awachupeich, un sitio web que flota en el ciberespacio como un satélite averiado lleno de sarcasmo, filosofía de retrete y genialidad sospechosa. Son una mezcla de bufones ilustrados, profetas del absurdo y gente con demasiado acceso a café, Wi-Fi y tiempo libre. Su estilo combina la solemnidad de un tratado filosófico con la energía de un meme mal hecho a las tres de la mañana. No se identifican por nombre, rostro ni coherencia, pero comparten una fe inquebrantable en el poder de escribir cosas que no deberían tener sentido... y, sin embargo, lo tienen. Un poco. A veces. Si estás lo suficientemente cansado. Aunque se presentan como una comunidad abierta, no se sabe quiénes son, ni cuántos. Algunos dicen que son cinco. Otros creen que se multiplican por esporas cada vez que alguien dice “...Menos a Die...